Saber como trasplantar una planta es muy importante para asegurar el correcto crecimiento saludable y vigoroso de tus plantas o cultivos. Ya sea que estés cultivando marihuana, hortalizas o flores, saber cuándo y cómo trasplantar tus plantas correctamente te ayudará a maximizar su desarrollo y evitar posibles problemas.
Con este artículo entenderás cómo trasplantar tus plantas de manera efectiva, evitando los posibles estrés por trasplante. Veremos cuándo es el momento adecuado para trasplantar. Cómo preparar el nuevo recipiente, el sustrato, y los pasos necesarios para hacer el trasplante sin causar estrés innecesario a tus plantas.
El trasplante es una gran oportunidad para que las plantas crezcan más fuertes y sanas, es una técnica muy usada por sus buenos resultados. Además, te permite corregir problemas como raíces enredadas o un espacio de cultivo inadecuado.
También veremos los problemas más comunes que puedan surgir durante el trasplante y cómo solucionarlos para evitar daños a tus plantas. Al mismo tiempo que repasaremos los cuidados básicos después del trasplante para garantizar un trasplante exitoso.
¿Cuándo hay que trasplantar?
Una parte importante del cuidado de tus plantas es saber cuándo es el momento adecuado para realizar el trasplante. Para ello debemos observar de cerca las plantas, así podremos identificar las señales claras que indican que ha llegado el momento de darles un nuevo hogar más espacioso y nutritivo.
Encontrando el momento perfecto para el trasplante
Algunas de las señales a tener en cuenta pueden ser raíces que se asoman por los agujeros de drenaje o incluso sobresalen por arriba. Para ello, comprueba los agujeros del drenaje en busca de masificaciones de raíces.
Otro de los síntomas es un crecimiento más lento y con poco desarrollo de la planta. Las plantas miden su tamaño por el contenedor que las tiene. Si una planta se estanca en su crecimiento puede ser una señal de que necesita una maceta más grande.
Por otra parte, si notas que el sustrato se seca rápidamente después del riego, puede estar indicándonos que necesita de más espacio, y por consiguiente un trasplante.
También se debe tener en cuenta otros factores antes de ponerse con el trasplante. Debemos fijarnos en la etapa de la planta, en las condiciones ambientales y en la salud de la planta.
Las plantas de marihuana no se suelen trasplantar en floración, al no ser que sea un caso extremo. El cannabis durante la floración no sigue creciendo, o muy poco las variedades sativas, por lo que no necesitan de más sustrato para expandirse. Además, cuando están formando los cogollos lo que menos queremos es que se paren unos días debido al estrés por el trasplante.
Teniendo en cuenta estos síntomas, podremos elegir el momento óptimo para el trasplante y asegurar que tus plantas tengan suficiente espacio para crecer fuertes y sanas.
Preparar el trasplante
Parece una obviedad, pero es importante tener las cosas preparadas a la hora del trasplante. He visto pris@s que han sacado la planta de la maceta antes de tener nada preparado, teniendo que volver a meterla dentro o haciéndolo todo a una mano por cabezonería.
Dedicar unos momentos a preparar las cosas para que todo vaya fluido nos ayudará a realizar la tarea en poco tiempo y sin complicaciones.
Prepara la nueva maceta. Piensa si le vas a hacer algún trasplante más o no, y elige una maceta con el tamaño correcto para que siga creciendo la planta.
Prepara el sustrato para que tenga las mejores condiciones cuando pongas la planta en el. De esta manera conseguiremos minimizar algo el estrés post trasplante en las plantas. Para ello deberemos humedecer el nuevo sustrato para crear un entorno favorable para las raíces.
Recuerda calcular el volumen de la maceta para dejar espacio suficiente en el nuevo contenedor para la planta.
Y antes del trasplante, riega bien las plantas para que el sustrato se mantenga húmedo y las raíces estén en las mejores condiciones. Además, un sustrato húmedo ayuda a sacar la planta de la maceta y minimiza el estrés en el cambio de maceta.
Pasos a seguir para el trasplante
Vamos a ver cuales son los pasos a seguir a la hora de realizar el trasplante.
- Preparar el hueco para la planta. Tenemos que dejar un agujero lo suficientemente grande para que nos entre el cepellón de tierra y raíces.
- Humedecer la tierra o sustrato. Esto ayudará a las raíces a minimizar el impacto del estrés por trasplante de las raíces.
- Añade micorrizas o complementos a la mezcla. Las micorrizas ayudan a las raíces a extenderse, al mismo tiempo que las mantiene sanas y fuertes.
- Coloca la planta con cuidado en el hueco que hemos dejado. Ponla recta y centrada, y vigila que se quede a la altura deseada.
- Añade tierra, fibra de coco o el sustrato que uses hasta rellenar el hueco por completo. Presiona ligeramente la tierra para que se asiente en el hueco.
- Riega la planta poco a poco. Presta especial atención por si se crean agujeros en el sustrato. En este caso añade un poco más de tierra para tapar los agujeros.
¿Cómo sacar la planta de la maceta?
Este paso es vital en el proceso de trasplante y puede que el más problemático, por eso siempre debemos hacerlo cuidadosamente. Para ello debemos tener paciencia y delicadeza para evitar dañar las raíces y minimizar el estrés en la planta.
Ahora verás cómo con estos sencillos pasos resulta bastante fácil sacar la planta de la maceta.
Sujeta el tallo
Sostén la planta con una mano alrededor del tallo, justo por encima del sustrato. Evita apretar demasiado fuerte para no dañar la planta, pero asegúrate de tener un buen agarre.
El fin no es sujetar la planta por el tallo, sino que la mano haga de apoyo al mazacote de sustrato para cuando vayamos a darle la vuelta a la maceta.
Dale la vuelta a la maceta
Con la otra mano, gira suavemente la maceta boca abajo mientras sostienes el tallo de la planta y el sustrato sobre tu otra mano. Golpea suavemente los lados del recipiente o usa tus dedos para aflojar el sustrato y liberar la planta con cuidado.
Si la tierra está demasiado suelta, siempre puedes regarla y apretarla un poco. Después bastará con apretar la maceta o darle golpecitos boca abajo para que salga con más facilidad. Y de todas maneras, paciencia.
Extrae la planta
Con la planta liberada del antiguo contenedor, tira suavemente de la maceta hacia arriba para extraerla. Si ves que te cuesta sacarla, para y asegúrate de que las raíces no estén enredadas en el fondo del contenedor. Si es necesario, usa los dedos o una herramienta pequeña para liberar las raíces con cuidado a través de los agujeros de drenaje
Revisa las raíces
Una vez que la planta esté fuera la maceta anterior, revisa sus raíces. Si encuentras raíces sobrecargadas, puedes podarlas ligeramente para fomentar un nuevo crecimiento de raíces en el nuevo contenedor.
Si por el contrario están muy enredadas, podemos con muchísimo cuidado desenredarlas un poco para que se expandan mejor en la nueva tierra.
Coloca la planta en la nueva maceta
Coloca la planta con cuidado en el centro de la nueva maceta y ajusta su posición para dejarla centrada y derecha. También nos aseguraremos de que la planta no se quede demasiado enterrada o demasiado sacada en el nuevo tiesto.
Una vez en un sitio, es el momento de ir añadiendo tierra poco a poco por los lados para rellenar la maceta. Al mismo tiempo, prensa la tierra un poco para que vaya teniendo consistencia y no se mueva con el riego.
Estrés por trasplante
El estrés por trasplante es un fenómeno común que ocurre debido al cambio de maceta y el proceso de trasplante. Este estrés detiene varias funciones de las plantas durante unos cuantos días, dejándolas con las defensas bajas ante cualquier problema que pudiera ocurrir.
Y es algo normal, pues en la naturaleza nunca se han encontrado con esta situación. Por lo que la desentierren y la lleven a otro lugar, es un estrés grande para la planta.
Afortunadamente, hay medidas que podemos tomar para minimizar el impacto del estrés por trasplante y asegurar una cambio lo menos traumático posible para las plantas. Además también veremos algunos cuidados básicos para asegurar que el trasplante se haga con total garantía.
Consejos para reducir el estrés del trasplante
Siguiendo unos sencillos consejos conseguiremos reducir el impacto del trasplante en nuestra planta para que siga con su actividad normal lo antes posible. Son cosas sencillas de llevar a cabo pero que conviene tener en mente si necesitamos realizar un trasplante.
- Haz el trasplante con cuidado. Maneja las plantas con suavidad y cuidado para evitar dañar las raíces, tallo y hojas.
- Sin prisa pero sin pausa. Las prisas no son buenas, pero tampoco te entretengas en otras cosas mientras estas realizando el trasplante. Cuanto menos tiempo esté fuera de la maceta, mejor lo encajará la planta.
- Ponte a la sombra. Recuerda que las raíces se dañan con la luz del sol, por lo que lo suyo es hacer el trasplante en una zona sombreada para causarle más estrés a la planta.
- Riegos antes y después del cambio. Asegúrate de haber regado tus plantas antes y después del trasplante. Un buen riego previo mantendrá el sustrato húmedo y facilitará la extracción de la planta del contenedor anterior. Además, un riego adecuado después del trasplante proporcionará la hidratación necesaria para el desarrollo de nuevas raíces en el nuevo contenedor.
- Utiliza una buena tierra: Utilizar un buen sustrato es fundamental. Las tierras para marihuanas consiguen unos niveles de retención de nutrientes y aireación perfectos para este tipo de plantas, lo que consigue aumentar su rendimiento.
- Evita el sol directo unos días: Las plantas debido al estrés del trasplante, parecen quedarse paradas unos días. Si dejamos las plantas a la sombra durante unos días ayudaremos a que no se deshidraten y se adapten más fácilmente a su nueva maceta.
- Nutrición adecuada: Asegúrate de proporcionar a tus plantas los riegos y nutrientes necesarios después del trasplante. Pero recuerda que la planta seguramente tomará menos agua unos días, no conviene pasarnos con el riego y crear un exceso de agua.
- Una ayudita extra: hay cierto tipo de fertilizantes que ayudan a las plantas a superar estos momentos de estrés debido al cambio de maceta. Las vitaminas son un claro ejemplo de ello, aunque no el único. Aportan un chute extra de energía para que la planta se vuelva a activar lo antes posible.
También hay otro tipo de vitaminas y complementos como el Plus Vital de Big nutrients, que son revitalizadores para la planta ante cualquier tipo de estrés. Estos además de aportar vitaminas y otros complementos, son fitofortificantes lo que aumenta las defensas naturales de la planta.
Por otro lado también podemos encontrar las micorrizas para el sustrato, son sencillamente BRUTALES. Estas ayudan a las raíces a desarrollarse de una forma rápida y potente, creando un montón de nuevas raíces. Y no solo asegurando el éxito del trasplante, sino dándole nuevas armas (raíces) para un crecimiento sano y vigoroso.
Problemas que surgen del trasplante
El estar preparado para algo, conlleva el saber a qué nos podemos enfrentar. Eso nos ayuda a estar preparados frente a posibles problemas. Por eso quiero comentarte los principales problemas que me he ido encontrando a la hora de hacer el trasplante o cambio de maceta.
Daños en las raíces
Muchas veces lo de “paciencia y con cuidado” lo dejamos un poco de lado por el ritmo de vida que llevamos. Pero esto nos puede suponer que en el momento de sacar la planta dañemos las raíces involuntariamente.
Ante esta situación no podemos hacer mucho. Con las plantas de crecimiento rápido como el cannabis, es recomendable el uso de estimulador de raíces o micorrizas para asegurar el correcto y rápido desarrollo de la planta.
Raíces enredadas
Si las raíces están muy enredadas o forman una maraña densa, esto puede dificultar su correcto desarrollo en la nueva maceta.
Desenreda suavemente y sin romper las raíces antes de trasplantar, y si es necesario, corta las raíces más largas para fomentar el crecimiento en el nuevo sustrato.
Tierra que se desmorona
Al extraer la planta del contenedor anterior, puede caerse parte del sustrato que rodea las raíces. Al desprenderse el sustrato, este puede arrastrar y romper pequeñas raíces de la planta.
Si se te ha caído algún trozo de tierra, al colocar la planta en la nueva maceta rellena esos espacios con cuidado y sin apenas prensar la tierra en esa zona, ya que la presión podría romper más raíces.
Después de los primeros riegos, si ves que se crean agujeros en el sustrato, serán por las bolsas de aire creadas en esa zona donde se desprendió la tierra. Añade más tierra en el agujero y vuelve a regar un poquito esa zona.
Plantas decaídas
En ciertas ocasiones podemos encontrarnos con nuestras plantas algo decaídas después del trasplante. Esto suele ser debido al estrés del trasplante y el tiempo que necesita la planta para aclimatarse a su nuevo espacio.
Es importante revisar el clima de la planta y no exponerla al sol directamente tras el trasplante, pues corremos el riesgo de que se deshidrate. Si tu planta está decaída tras el trasplante, llévala a un sitio luminoso, pero donde no le dé el sol directamente.
Tras unos cuantos días con unas condiciones más favorables, la planta empezará a sobreponerse al golpe del estrés y veremos cómo avanza su crecimiento. Ese será el mejor momento para volver a sacarla al sol y que siga con su marcha normal.
Cuidados después del trasplante
Después de haber completado con éxito el trasplante de tus plantas, debemos proporcionarles unos cuidados adecuados para asegurar una rápida adaptación a su nuevo entorno.
Es importante revisar las plantas con frecuencia después del trasplante para detectar cualquier cambio en ellas. Así podremos ver si continúan creciendo y han superado el estrés, o si siguen en ese “modo de espera”.
También deberemos prestar especial atención a los riegos después del trasplante. Si lo hacemos con la misma frecuencia que antes del trasplante, corremos el riesgo de causar un exceso y que la planta enferme.
Para no fallar, tendremos que sopesar el peso de la maceta a la hora de regar para ver realmente si necesita agua o no. Si la maceta pesa es que todavía tiene agua y debemos retrasar un poco más el riego.
Conviene pulverizar agua a las hojas de las plantas durante los primeros días. De esta manera conseguimos aumentar la humedad y reducir la deshidratación de la planta. Pero ojo con las gotas de agua y el sol, pues hacen efecto lupa y pueden quemar las hojas de la planta.
Usa bajas concentraciones de abonos después de trasplantar la planta. Déjala que primero se asiente en su nuevo contenedor y cuando veamos que empieza a crecer, será el mejor momento para retomar nuestra tabla de abonados.
¿A que no es complicado llevar a cabo un trasplante? Además como hemos podido ver, con algunos consejillos y trucos podemos aseguramos el éxito del trasplante.
Si te ha quedado alguna duda o hay algún punto que te gustaría decir, déjanos un comentario y estaremos encantados de contestarte.