En los últimos años, la comunidad científica ha mostrado un interés creciente en explorar alternativas más seguras y menos adictivas para el manejo del dolor crónico. Entre estas alternativas, la marihuana medicinal ha emergido como una opción prometedora con el uso de opiáceos.
Varios estudios han investigado la eficacia del cannabis en comparación con los opiáceos tradicionales, demostrando resultados positivos que podrían cambiar el uso de los opiáceos legales. Esta evidencia mantiene que el cannabis no solo puede aliviar el dolor de manera efectiva, sino también reducir los riesgos que tienen los opiáceos.
El uso de opiáceos, aunque efectivo para el manejo del dolor, ha sido ampliamente criticado por su alto potencial adictivo y los peligrosos efectos secundarios que conlleva.
En este contexto, varios ensayos clínicos y estudios sistemáticos han evaluado los beneficios del cannabis como un sustituto o complemento de los opiáceos. Estos estudios no solo destacan la capacidad del cannabis para proporcionar alivio del dolor, sino que también subrayan su potencial para disminuir el uso de opiáceos.
El problema de los americanos con los opiáceos
En los últimos años en el mundo cannábico y sobre todo en EE.UU se ha estado utilizando como punta de lanza la seguridad de la marihuana como fármaco frente a los tradicionales medicamentos derivados del opio.
En EE.UU el sistema de salud es privado y funciona a través de seguros médicos que han de ser contratados por los particulares o sus empleadores, este sistema de salud es muy efectivo para las clases más altas. Sin embargo, las personas con pocos recursos son los que más sufren ya que la atención sanitaria es algo muy caro para muchas personas en EE.UU.
Estos normalmente optan por auto medicarse con fármacos derivados del opio. Esta situación ha creado lo que los propios americanos llaman una «epidemia de opiáceos» donde las muertes por sobredosis se han disparado.
Marihuana, la solución al autoconsumo de opiáceos
Recientemente y por primera vez se ha realizado un estudio en el que se ha seguido la evolución de las muertes por la utilización de derivados del opio en de Colorado. Donde la marihuana ha sido legalizada recreacionalmente.
En el podemos ver como esta legalización recreacional ha invertido la tendencia creciente de muertes por opiáceos. Pero el dato más alentador es que puede que estas políticas hayan conducido a cambiar la tendencia a la baja hasta un 6%. Esto quiere decir que han invertido totalmente la tendencia, convirtiendo una tendencia creciente en una tendencia decreciente de un 6%.
Según estos cálculos el impacto de la legalización de la marihuana recreativa está mejorando la crisis de la «epidemia de opiáceos». Muchos de esas personas sin recursos de las que hablábamos al principio, se auto medican con marihuana que por lo menos es una forma más segura de abordar los dolores crónicos y nauseas.
Desventajas de los opiáceos frente a la marihuana
Y es que aún siendo considerado como un medicamento, los opiáceos pueden llegar a ser peligrosos, muy adictivos e incluso mortales si no se toman adecuadamente y con precaución.
Problemas de adicción
Los fármacos derivados del opio se utilizan como analgésicos y tienen un efecto narcótico, es decir que están diseñados para calmar el dolor y nublar la percepción. Como fármaco resulta muy útil como anestesia. Sin embargo uno de los principales problemas de los opiáceos es la automedicación, pues la falta de control lleva a sus usuarios a convertirse en adictos.
Estos aumentan la resistencia de su cuerpo al medicamento necesitando dosis más altas y llegando en muchos casos a provocar la muerte por sobredosis. Pues no olvidemos estas drogas se pueden adquirir en cualquier farmacia de EE.UU sin ningún tipo de receta médica.
El mundo cannábico aboga por la marihuana para tratar estos casos de sobredosis en pacientes con dolores crónicos. Con la marihuana no existe dosis letal y nunca ha sido reportada ninguna muerte.
Depresión
Los fármacos derivados de los opiáceos suelen inducir a la depresión, lo cual provoca que el estado de salud general empeore. Hay veces que tienes dolor pero quedarte en la cama descansando puede ser peor en casos de dolores crónicos.
La marihuana, sin embargo, ejerce un efecto más eufórico y relajado, contribuyendo a un mejor humor y consiguiendo a su vez el mismo efecto analgésico que los opiáceos.
Similarmente, las microdosis de psilocibina también están siendo estudiadas por su capacidad para mejorar el estado de ánimo y aliviar síntomas depresivos. Ofreciendo otra vía de tratamiento que se alinea con enfoques más naturales.
Náuseas y malestar general
Los derivados de los opiáceos provocan una sensación de náuseas que suele quitar el apetito. Esto indirectamente afecta a la salud general, pero sobre todo la faceta mental contribuyendo a la inducción de la depresión.
En cambio la marihuana puede ayudar a estimular el apetito y enfrentarse a los dolores con otra actitud.
Estudios recientes sobre opiáceos y marihuana
Ante tan buenos resultados, la comunidad científica ha seguido explorando este camino para poder explotar su potencial. Varios estudios han indagado en las ventajas de la marihuana en el manejo del dolor crónico y la reducción del uso de opiáceos, vamos a ver algunos.
Uso de cannabis y opioides recetados
Un estudio publicado en el Journal of Pain Research en 2020 investigo cómo el uso de cannabis medicinal puede afectar el consumo de opiáceos en pacientes con dolor crónico. La revisión encontró que el uso de cannabis medicinal se asocia con una disminución en la necesidad de opiáceos para el manejo del dolor.
Los estudios sugieren que los pacientes que usan cannabis medicinal pueden reducir el uso de opiáceos, lo que podría ser beneficioso para mitigar el riesgo de adicción y efectos secundarios asociados con los opiáceos.
Efecto del cannabis en el uso de opioides en pacientes con dolor crónico
Publicado en Pain Medicine en 2021, este análisis evaluó el impacto del uso de cannabis en la reducción del uso de opiáceos entre pacientes con dolor crónico. El análisis mostró que el uso de cannabis está asociado con una reducción significativa en el uso de opiáceos.
Los pacientes que usaron cannabis medicinal experimentaron una disminución en la dosis de opiáceos necesaria para controlar el dolor. Los nos lleva a pensar que el cannabis puede ser una opción bastante efectiva para reducir el consumo de opiáceos.
Interacción entre el cannabis y los opioides en el manejo del dolor crónico
Un estudio clínico publicado en el Clinical Journal of Pain en 2020 investigó cómo la combinación de cannabis y opiáceos afecta el manejo del dolor y la reducción de la dosis de opiáceos. La combinación de cannabis y opiáceos mostró un efecto sinérgico en el manejo del dolor, permitiendo a los pacientes reducir la dosis de opiáceos sin perder eficacia en el control del dolor.
Esto sugiere que el uso conjunto de cannabis y opiáceos puede mejorar el control del dolor y permitir una reducción en la dosis de opiáceos.
Uso de cannabis como tratamiento para los síntomas de abstinencia de opioides
En 2021, el Substance Abuse Treatment, Prevention and Policy publicó un estudio preliminar que evaluó la eficacia del cannabis en el tratamiento de los síntomas de abstinencia de opiáceos.
La marihuana mostró un gran potencial para aliviar algunos de los síntomas de abstinencia de opiáceos, como la ansiedad y el insomnio. Lo que sin duda sugiere que podría ser una opción complementaria para ayudar a manejar los síntomas de abstinencia durante el proceso de desintoxicación de opiáceos.
Estos estudios nos hacen ver que la marihuana puede tener un papel remarcado en la reducción del uso de opiáceos. Tanto como una alternativa para el manejo del dolor, como un complemento para disminuir la dosis de opiáceos necesarios.
La marihuana medicinal y los recientes productos de cannabidiol, ofrecen una opción menos adictiva y con menos efectos secundarios en comparación con los opiáceos, proporcionando beneficios significativos para los pacientes con dolor crónico.
Sin embargo, es importante recordar que la investigación en este campo continúa evolucionando y se necesita más estudios y evidencia para establecer recomendaciones definitivas y poder aplicarlo médicamente. Pero estamos en el camino.