Con la llegada de la marihuana recreativa a muchos de los estados de norte américa, los productos relacionados con la marihuana se han extendido mucho, integrándose poco a poco entre la cultura popular, cosa que hace que cada vez sea más fácil adquirir marihuana, concentrados y comida infundida en marihuana, siendo ya varios los casos en los que menores han conseguido tener acceso a estos productos por confusión o a propósito.
En España solo se puede comprar legalmente productos de CBD y con un menos de 0,2% de THC.
Recientemente, en un instituto del estado de Florida, 3 estudiantes cayeron enfermos y uno tuvo que ser hospitalizado después de que una chica de 15 años llevara unos Cheetos infundidos con marihuana a clase y que ha acabado con su detención.
Al parecer la chica sabia muy bien que su bolsa de «Weetos» contenía altas cantidades de THC, pero el estudiante hospitalizado desconocía que los Cheetos contenían THC hasta que fue demasiado tarde.
No es la primera vez que ocurre algo parecido, ya en Noviembre de 2017 en el pueblo francés de Mennecy, un profesor fue engañado para que tomara un trozo de «pastel de marihuana» y que afortunadamente tan solo acabo con una pequeña expulsión de los alumnos.
En Enero de 2018, un alumno de quinto curso accidentalmente regalo ositos de gominola que contenían altas cantidades de THC a sus compañeros de clase, resultando en un catastrófico incidente que acabo con numerosos niños en las consultas medicas.
Y no hace mucho una mujer fue arrestada por alimentar accidentalmente a su hijo de 2 años con una hamburguesa con queso infundido en marihuana, supuestamente por despiste. Aún así, un error imperdonable que acabó con la madre detenida y el niño en servicios sociales. Errores que pueden arruinar la vida de jóvenes y de adultos. Hay que tener mucho cuidado con los niños y protegerlos de ese entorno.
Desde luego parece haber un claro conflicto con los comidas preparadas a base de marihuana, pues aunque puedan ser una alternativa diferente y divertida para muchos adultos, mucha gente comete equivocaciones con cosas demasiado importantes como nuestros jóvenes y son ya muchos los colectivos los que se quejan de un mal etiquetado y de empaquetados que atraen a niños.
Una mala regulación de estos productos puede hacer que caigan en las manos equivocadas que aparte de dar una mala reputación a la comunidad puede generar confusiones, y por ello es responsabilidad de todos controlar el acceso a estas sustancias por parte de los jóvenes, y sobre todo que el etiquetado y empaquetado de esos productos sea claro y no vaya enfocado o dirigido a públicos jóvenes que puedan sentirse atraídos o incurrir en engaños.