Las plantas de marihuana contienen más de 100 cannabinoides distintos. Dos de los más conocidos son el THC, el CBD o el más actual HHC, pero ¿y qué hay de todos los demás?. Entre todos esos cannabinoides se encuentra el THCa, la versión original del THC.
El THCa y el THC están estrechamente relacionados, pero tienen efectos y propiedades diferentes. Mientras que el THC es conocido por sus efectos psicoactivos, el THCA, su precursor, no tiene efectos psicoactivos.
En este artículo vamos a ver qué es el THCA, cómo este se transforma en THC y las principales diferencias entre uno y otro.
¿Qué es el THCa?
El THCA (ácido tetrahidrocannabinólico) es un cannabinoide de los más abundantes en las plantas de cannabis frescas, antes de ser secadas o calentadas. El THCA es el origen del THC como hemos dicho. Es el cannabinoide que da lugar al THC.
El THCa se considera la forma ácida del THC, pero a diferencia de este último, el THC-A no produce efectos psicoactivos. Esto se debe a que su estructura molecular no permite que se una a los receptores CB1 del cerebro, responsables de los efectos que genera el THC.
Un cannabinoide sin efectos psicoactivos
En su forma natural, el THCA no es psicoactivo, pero cuando se expone al calor, su estructura química cambia en un proceso llamado descarboxilación. Este proceso cambia la estructura molecular de THCA, convirtiéndolo en THC.
Es en este momento cuando el cannabinoide se vuelve psicoactivo, ya que puede unirse a los receptores CB1 en el cerebro, responsables de los efectos eufóricos y psicoactivos asociados al THC.
Diferencias entre THCA y THC
A simple vista, el THCA y el THC parecen prácticamente iguales, solo cambia un pequeño enlace de su fórmula química. En su forma natural, el THCA contiene un grupo carboxilo de más (COOH) en su estructura que el THC. Y eso lo hace muy diferente.
El THC-A es la forma ácida y cruda del THC, y solo cuando se expone al calor se convierte en THC mediante un proceso llamado descarboxilación. Este pequeño cambio es lo que convierte un compuesto no psicoactivo en uno que puede colocarte.
Efectos y beneficios del THCA
El THCA ofrece varios beneficios medicinales sin los efectos psicoactivos típicos del THC. Entre sus propiedades más estudiadas y nombradas destacan:
- Antiinflamatorio: Puede ayudar a reducir la inflamación, útil en condiciones como la artritis o enfermedades autoinmunes.
- Neuroprotector: Estudios sugieren que podría proteger las neuronas. Lo que lo convierte en un candidato para tratar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
- Antiemético: Ayuda a reducir las náuseas y los vómitos. Puede ser una gran ayuda para pacientes en tratamientos de quimioterapia.
- Antioxidante: Protege las células contra el daño oxidativo.
Ante estas buenas cualidades y sin el inconveniente del ciego asociado a la marihuana, la medicina ha visto en el THCA otro potencial cannabinoide para su uso. Y aunque todavía hacen falta más estudios, los estudios preliminares son muy alentadores en varios campos.
Potencial medicinal del THCA
El THCA al no ser psicoactivo abre un abanico de posibilidades en el campo medicinal. Permite experimentar los beneficios terapéuticos de este cannabinoide sin afectar la mente ni generar ese ciego tan peculiar del THC.
Aunque el THC también tiene poderosos efectos medicinales, como el alivio del dolor y la estimulación del apetito, su capacidad para «ponerte ciego» sigue siendo un inconveniente para muchas personas que prefieren evitar ese estado.
La importancia de la descarboxilación: Cómo se convierte el THCA en THC
El proceso de descarboxilación es el paso clave que transforma el THCA en THC. En su forma original, el THCA contiene un grupo carboxilo (COOH) que impide que sea psicoactivo.
Cuando el THCA se expone al calor o la luz ultravioleta, este grupo carboxilo se desprende en forma de dióxido de carbono (CO2). Este proceso químico convierte el THCA y su nueva fórmula química en THC. Y ahora este cannabinoide puede unirse a los receptores CB1 del cerebro, generando efectos psicoactivos.
La descarboxilación ocurre de manera natural cuando el cannabis se calienta, ya sea al fumarlo, vaporizarlo o incluso al cocinarlo. Por eso, el consumo de cannabis crudo, como en zumos o extractos sin calentar, mantiene el THCA intacto, permitiendo que las personas disfruten de sus beneficios sin experimentar el «colocón» característico del THC.
Este proceso no solo es importante para este compuesto. Otros cannabinoides como el CBDA (ácido cannabidiólico) también pasan por la descarboxilación para convertirse en otro cannabinoide con otra fórmula; CBD (cannabidiol).
Temperatura de descarboxilación del THCA
La descarboxilación del THCA ocurre de manera óptima cuando se aplican temperaturas entre 105°C y 120°C durante unos 30 a 40 minutos. Al fumar o usar un vaporizador de marihuana se aplican temperaturas más elevadas, y no solo para descarboxilación. También para vaporizar los cannabinoides y poder consumirlos.
Para aprovechar los efectos psicoactivos del THC, es importante no sobrecalentar el cannabis, ya que temperaturas demasiado altas pueden degradar los cannabinoides e incluso vaporizarlos.
Al calentar a estas temperaturas controladas, el grupo carboxilo del THCA se desprende y convierte el compuesto en THC, lo que también activa sus efectos psicoactivos.
Entonces, ¿las plantas de marihuana no tienen THC?
Pues aunque parezca paradójico, así es. Las plantas de marihuana vivas e incluso secas, no tienen THC, sino THCa. Y como ya hemos visto, no es psicoactivo.
Solo al momento de quemarla para fumar, vaporizarla o descarboxilarla es cuando la marihuana pasa de contener THCA, a ser rica en THC y poseer efectos psicoactivos.
En realidad se podría decir que es la misma molécula, ya que es un simple enlace en su fórmula química lo que pierde. Pero esta transformación hace que este cannabinoide cambie radicalmente y tenga unas características muy diferentes.