Las plantas de cannabis podrían jugar un papel muy importante y ayudarnos a luchar contra el cambio climático de forma bastante efectiva. Esto se debe a los altos niveles de CO2 que son capaces de absorber las plantas de cannabis, casi 3 veces superior a los de los grandes árboles.
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de las plantas de cannabis para absorber los gases producidos por el efecto invernadero, reduciendo los niveles de gases de la atmósfera. El cultivo de cannabis es muy beneficioso para el medio ambiente, pues además de recoger gran cantidad de estos gases, también limpia el suelo de metales pesados y otras sustancias peligrosas para nuestra salud.
Las plantas de cannabis usan el CO2 para realizar la fotosíntesis y son capaces de atrapar permanentemente grandes cantidades de dióxido de carbono entre sus fibras. Además, su cultivo no es muy costoso pues no requieren mucha agua ni abonos, es una planta que crece rápido y se aprovecha toda la planta para diversos propósitos.
Si los comparamos con otros tipos de cultivo estas características hacen que los grandes cultivos de cannabis además de ser muy rentables, también sean beneficiosos para el medio ambiente por la reducción de los gases del efecto invernadero y limpieza de suelos.
Cultivos de cáñamo para frenar el cambio climático
Sé que a muchos nos gustaría ver grandes plantaciones de marihuana en el paisaje, pero siendo realistas sabemos que eso no pasará, al menos en muchos años. Sin embargo hay una variedad de plantas de cannabis la cual su cultivo es legal y cada vez está más extendido; el cáñamo industrial.
Las semillas de cáñamo industrial producen plantas de cannabis con un bajo contenido en THC (-0.2%). Estas plantas de cannabis se usan para extraer su fibras y el preciado CBD que producen. Al ser semillas certificadas por la Unión Europea y siempre que respeten esos bajos niveles de THC y licencias de cultivo, son plantas que se pueden cultivar legalmente.
Ya hay muchos de estos cultivos repartidos por toda España y gran parte del mundo, pues los productos CBD están pegando fuerte en el mercado cannábico. Y gracias a ello nos beneficiamos de esta versión light de la marihuana, además de contribuir a mejorar el medio ambiente.
Esto es una buena razón para flexibilizar un poco la situación del cáñamo en España y sacarle provecho tanto a nivel económico como medioambiental. Todos ganaríamos. Pues cabe recordar que aquí tenemos unas leyes más restrictivas sobre el cáñamo industrial que otros países de la UE, que ponen en desventaja a las empresas locales.
De hecho, hay empresas de otros países que cultivan aquí sus plantas de CBD, se llevan parte del material a otros países para procesarlo y lo vuelven a traer para finalmente venderlo en ese país legalmente. Lo cual al final encarece el proceso y el producto final. Esto se debe a las restricciones de la ley Española sobre el aprovechamiento de las flores de cáñamo, que no existen en otros países como por ejemplo Italia, Suiza o Republica Checa.
Un cultivo sostenible y beneficioso para el planeta
Los cultivos de cáñamo destacan sobre otros tipos de cultivos dadas sus buenas características. Estas plantas pueden llegar a medir 4 metros fácilmente en poco más de 3 meses. Un crecimiento voraz que permite llenar grandes extensiones de cultivo rápidamente y de forma sostenible. Una vez terminado el cultivo, se recoge la cosecha para extraer sus fibras y flores CBD y vuelta a empezar si la climatología lo permite.
Las plantas de cannabis sativa son bastante tragonas y eso ayuda a extraer sustancias nocivas del suelo como cadmio, plomo y otros metales pesados. Son una gran opción para limpiar grandes extensiones de tierra y dejarla más saludable para cultivos de plantas comestibles.
Por otra parte los cultivos de cáñamo industrial apenas requieren de fertilizantes para su buen desarrollo. Además, sus necesidades hídricas tampoco son elevadas. Todo esto añadido a la rentabilidad que producen las fibras de cáñamo y los productos CBD Shop hacen que sea también un tipo de cultivo muy rentable.
Además, favorece el uso de materiales naturales y biodegradables, sustituyendo con eficacia a otros materiales más contaminantes y costosos como los plásticos o la fibra de vidrío.
Del cáñamo se aprovecha todo.
Actualmente hay muchos cultivos de cáñamo industrial en España, seguro que tienes alguno cerca de tu localidad, aunque no lo sepas. Las fibras de cáñamo son usadas para multitud de propósitos, como materiales aislantes, cuerdas, fibras textiles, fabricación de elementos de construcción, etc.
Las semillas se pueden usar para muchos cosas, puesto que su aceite es muy beneficioso para nuestro cuerpo. Este es rico en vitaminas y Omega 3 y 6, por eso es una base muy apreciada para numerosos cosméticos y aceites CBD. Las semillas de cáñamo también se pueden comer, bastará con tostarlas un poco para estar listas para su consumo.
El CBD que producen estas plantas es de gran valor en el sector cannábico por sus numerosos efectos terapéuticos y lúdicos. De ahí extraen los productos como el hash CBD, o los aceites de cáñamo con CBD que se pueden adquirir en nuestro growshop y cada vez más tipos de establecimientos que se han sumado al boom del cannabidiol.
Además, con los extractos de CBD son capaces de modificar su estructura molecular y convertirlo en otro cannabinoide, como el HHC. Un cannabinoide legal y con efectos psicoactivos que se puede comprar legalmente en distintos productos con HHC. Este es un mercado en constante desarrollo que ofrece multitud de posibilidades a sus cultivadores.
Esperemos que con el proceso de regulación del cannabis medicinal en España y resto del mundo se fomente el cultivo sostenible de cáñamo. De esta manera además de beneficiarnos de las propiedades medicinales del cannabis, contribuiremos a disminuir el sobrecalentamiento global causado por el cambio climático.
Lo que si que es incuestionable, es que esta maravillosa planta no deja de sorprendernos y de ofrecernos sus propiedades para el beneficio de la humanidad. ¿Qué más le deparará el futuro a esta increíble planta?