El cultivo interior de marihuana se ha convertido en una práctica cada vez más común entre los entusiastas de esta planta. La posibilidad de tener cultivos de cannabis en cualquier fecha del año ha llevado a un crecimiento exponencial de los cultivadores domésticos.
Sin embargo, mucha gente que está empezando en el mundillo del autocultivo de marihuana, cometen errores que pueden afectar negativamente el rendimiento y la calidad de sus cultivos. Ya sea por desconocimiento o por falsos mitos y leyendas sobre el cultivo de marihuana, hay unos cuantos errores en los que se suele caer con bastante frecuencia.
En este artículo, te mostraremos los 12 errores más comunes del cultivo interior de marihuana que debes evitar a toda costa. Desde problemas de iluminación inadecuada hasta errores en la nutrición de las plantas, veremos brevemente cada aspecto para garantizar un cultivo exitoso.
Nuestro objetivo es ayudarte a diferenciar estos errores comunes en el cultivo de cannabis y el porque es un error. No importa si es el primer cultivo o llevas unos cuantos, seguro que este artículo te brindará información muy valiosa para pasar tus cultivos al siguiente nivel.
Mala elección del equipo de iluminación
Muchas veces me he encontrado con gente que intenta utilizar fallidamente otro tipo de luces para el cultivo de marihuana. Los kits de iluminación para cultivo de marihuana son especiales en cuanto a su potencia y espectro de color.
Utilizar bombillas o LEDs no diseñados para el cultivo de marihuana puede provocar que nuestro cultivo tenga un bajo rendimiento. Además, gastaremos un dinero en una fuente de energía ineficiente que al final tendremos que sustituir.
También tendremos que tener en cuenta que cada equipo de iluminación tiene una superficie de cultivo óptima, por lo que la luz tiene que ir acorde al espacio de cultivo.
Por eso, solemos ver en los Kits de cultivo interior para cannabis siempre un equipo de iluminación acorde al equipamiento de ese Kit.
Cuidado con los “equivale a un equipo de XX vatios”
Algo muy común en los últimos años es el encontrarnos con equipos de iluminación que dicen que equivalen a no sé cuántos vatios. ¿a cuántos vatios de qué? porque no es lo mismo 100w de sodio, que 100w de leds de alta potencia o 100w de bombillas domesticas.
Era muy común ver equipos de Led de 300w que te decían que equivalía a un equipo de 600W de HPS. Y la realidad es muy diferente, ya que ni los leds para cultivo más potentes alcanzan fácilmente esa conversión de vatios/gramos.
Siempre hay que tener en cuenta la potencia real del aparato, no la equivalencia que alguien se haya inventado por el camino. Y después entra en juego la eficiencia tanto de la tecnología (LED,LEC,HPS..) y de los componentes del equipo; Su balastro, bombilla o diodos leds. Pero recuerda, cuidado con los equivale.
Demasiadas plantas en el cultivo
Un error muy común es el de meter plantas de más al interior. Es normal pensar que cuantas más pongas más cogollos sacarás, pero no es así. Las plantas necesitan su espacio para crecer y desarrollarse. y si no lo tienen estas competirán por la luz estirándose hacia arriba y desarrollándose muy poco. Y en consecuencia, una cosecha baja.
El número de plantas dependerá de muchas cosas. Una característica fundamental es el área de cultivo de la que disponemos. Normalmente se suelen poner 9 macetas de 11 litros y por metro cuadrado, llegando hasta las 16 macetas en áreas de metro y medio cuadrado.
Esto siempre que se parta de semilla. Cuando se parte desde esquejes la cantidad de plantas a poner suele ser mayor ya que los esquejes no se abren y desarrollan tanto como una planta desde semilla.
Mala elección de la semilla a cultivar
Otra razón común en los cultivos de marihuana es una mala elección de las semillas a cultivar. Yo soy de los que piensan que para unas cuantas plantas que vas a cultivar, cómprate la que más te guste y no mires excesivamente los precios.
Si por cuestiones económicas necesitas una semillas de marihuana baratas, te recomendamos la sección de semillas de marihuana a granel de FlorProhibida. Todas ellas tienen una gran calidad y estabilidad, por lo que sabrás que no te estas jugando el cultivo.
Utilizar autoflorecientes para el cultivo interior
Se pueden utilizar semillas autoflorecientes para los cultivos de interior, pero desde mi punto de vista no es lo más óptimo y ahora veremos porque.
Rápidez de las autos
Sí que es cierto que el cultivo de plantas autoflorecientes puede llegar a ser un poco más rápido que con las semillas feminizadas normales. Pero tiene varios inconvenientes que hacen que no sean una buena elección para el interior.
Si quieres poner autoflorecientes por la rapidez del cultivo, tienes que saber que hay variedades feminizadas muy rápidas que poco o nada se llevan con las autoflorecientes en cuanto a rapidez. Variedades como Kritikal Bilbo, Green Poison o Sugar Black Rose son ideales para este tipo de cultivador que busca cosechas rápidas y de altísima calidad.
Más horas de luz = más consumo energético
Además, con las autoflorecientes tendremos que darles más horas de luz para conseguir mejores rendimientos, lo que va a aumentar el consumo eléctrico y la factura de la luz.
Lo normal en interior con plantas autoflorecientes son ciclos de 18 / 20 horas de luz al día y las otras 4 / 6 apagadas. Mientras que en floración de una semilla feminizada solo son 12 horas de iluminación al día.
Descontrol en alturas y volúmenes
La genética de las plantas autoflorecientes es increíble y ofrece más opciones al cultivador, sobre todo de exterior. Estas plantas son capaces de dar cosechas en 60/90 días desde la germinación con una calidad muy buena. Y además, sin depender de las horas de luz, pudiendo plantarlas en exterior casi en cualquier fecha.
Sin embargo, su rápido crecimiento y floración automática puede suponer un descontrol en nuestro cultivo, tanto en altura óptima como en desarrollo de las plantas. Esto hace que se nos queden puntos más altos que otros, donde la intensidad de luz que les llega es menor o incluso están tapadas por las plantas más grandes.
Por eso siempre es mejor llevar un cultivo parejo en cuanto a altura, donde todas las plantas reciban la misma cantidad de luz. Y lo que es más sencillo de conseguir con semillas feminizadas.
Utilizar un sustrato de baja calidad
El sustrato es el mundo de la planta. Es una parte vital del cultivo, pues es donde se va a agarrar a la vida, donde se va a alimentar y nutrir y finalmente morir. Por eso, debemos proporcionarle las mejores condiciones para que se desarrolle al máximo.
Los sustratos comerciales para marihuana tienen una estudiada composición de materias primas que favorecen el correcto desarrollo y funcionamiento de las raíces. Estos suelen llevar mezcla de turba rubia y negra, fibra de coco, perlita y un ligero abonado en forma de materia orgánica (humus, guano, NPK, etc..)
Lo bueno de estos sustratos es la capacidad para retener el agua y su relación aire/agua en el sustrato. Lo que permite que la planta tenga una reserva para poder usarla cuando lo necesite.
Cuando usamos un mal sustrato, este nos obliga a regar demasiado constantemente. Además, no proporciona las condiciones de humedad y aireación necesarias para un buen desarrollo de las raíces. En el mejor de los casos, esto se traduce en plantas más pequeñas con un desarrollo pobre, o al menos, inferior que el que hubiera sido con otra tierra mejor.
Y en el peor de los casos son plantas que cuando llega la floración y necesitan comer de verdad no pueden hacerlo en la cantidad que demandan y acaban secándose en vida.
Mucho cuidado con la contaminación lumínica
Intentamos recrear las condiciones óptimas del exterior. Una de las cosas fundamentales es que cuando el sol se va no vuelve a aparecer hasta el día siguiente en su horario habitual. Por lo tanto, que se encienda el foco cuando no toca o les entre luz por las rendijas de la ventana es algo que ellas no conciben y les causa un gran estrés. es algo que debemos intentar evitar a toda costa.
Un buen método para asegurarnos de que no hay luz una vez se apagan los focos, es entrar en el cultivo a oscuras y permanecer unos minutos para detectar cualquier punto de luz. Y si los encontramos, para curarnos en salud deberíamos taparlos.
Este tipo de estrés puede generar desde revegetaciones hasta hermafroditismo, por lo que es una cosa con la que debemos tener cuidado.
No tener controlada la temperatura y humedad
Para mí uno de los aparatos fundamentales en cualquier cultivo de interior es un termómetro con registro de valores máximos y mínimos. Estos aparatos son nuestro chivatos, nos dicen en cualquier momento si estamos en los rangos adecuados y si hemos tenido picos de humedad y temperatura.
Por ejemplo, es bastante habitual que se junte demasiada humedad cuando se apagan los focos si la ventilación no es suficiente. O que baje demasiado la temperatura en las épocas de frío cuando las luces están apagadas.
Revisando estos datos que nos ofrece el termohigrómetro, podemos controlar que los parámetros se mantengan en su zona óptima y actuar ante cualquier pico que detectemos.
Y si aún lo quieres tener más controlado, hay controladores de temperatura y humedad para que actúen por ti si detectan subidas o bajadas de estos valores.
Regar en exceso
Este es el error más repetido en los cultivos de interior y también pasa mucho en exterior. Tenemos la tendencia de echarles agua de más para que la planta coma. Y esto muchas veces lo que hace es generar otro tipo de problemas, con los que acaba pudiendo comer menos.
Los excesos de agua desplazan el oxígeno del sustrato, el cual es necesario para la buena salud de las raíces. La tierra necesita mojarse y secarse el sustrato antes del siguiente riego. Si regamos en exceso, reemplazamos todo el oxígeno del sustrato por agua, debilitando las raíces y enfermando a la planta.
Una buena medida para saber cuándo regar es por el peso al levantar la maceta. Así veremos nosotros mismos si la maceta tiene agua o no, ya que lo que pesa es el agua.
Poca ventilación en el interior
Una ventilación inadecuada dificulta el intercambio de dióxido de carbono (CO2) y oxígeno con la planta, lo que afecta directamente a su capacidad para realizar la fotosíntesis y crecer de manera saludable.
Con una ventilación insuficiente, se crea un ambiente propicio para el crecimiento de hongos, moho y otros patógenos dañinos para el cultivo. La acumulación de humedad y calor excesivos puede convertir tu espacio de cultivo en el lugar perfecto para enfermedades y plagas que pueden arruinar por completo tu cosecha.
Por este motivo, es vital contar con un sistema de ventilación adecuado que incluya extractores para renovar el aire y ventiladores para asegurar un flujo constante de aire fresco por todo el área de cultivo.
No usar filtros de carbono
Para mí, un gran error en muchos cultivadores noveles que se inician. Piensan que lo del olor no va a ser tanto ni tan importante y se lanzan al cultivo sin filtro anti olor. Pero unos meses después cuando comienza la floración se dan cuenta de que el olor es muy intenso y constante. Con lo que no queda más remedio que poner un filtro de olor para no dar el cantazo y evitar problemas.
El olor de un indoor es intenso y no desaparece al cabo de un rato. Es necesario utilizar este tipo de filtros para asegurarnos la máxima discreción y evitar a curiosos y posibles problemas.
Plantas demasiado grandes
Otro error común en los cultivadores que se inician es el de darles a las plantas una altura excesiva en crecimiento. A mi me ha pasado, cuando te dicen que para la buena marcha se deben pasar a floración a las 3 semanas de crecimiento, llegado el momento las ves y te da penilla pasarlas a floración tan pequeñitas las primeras veces. Pero luego descubres que es mucho mejor para las plantas y se consigue una mayor producción.
El inconveniente de hacer plantas muy grandes, es que los cogollos de abajo siempre se quedan menos desarrollados que las partes de arriba. Esto es porque la penetración de los focos de iluminación tienen una altura óptima, donde dan la máxima cantidad de luz. Conforme vamos bajando de esa altura, la intensidad de luz disminuye y no se consigue la misma energía ni producción.
Concentrando las puntas de la planta en una altura de 60-80 cms (sin contar la maceta) es como se consiguen los mejores resultados. Pues todos los cogollos reciben una gran cantidad de luz para formarse de forma óptima.
Cuando nos salimos de esa medida, la cantidad de luz es más baja y la planta gasta recursos en intentar formar ese cogollo como los demás, sin poder conseguirlo. Lo que hace que queden menos recursos disponibles para los demás cogollos, bajando la producción final.
En el exterior no pasa esto, pues la luz del sol es la más potente que hay y nos llega con una fuerza muy alta. Además, el sol cambia de posición, lo que favorece que le llegue la luz a casi todas las partes de la planta.
No vigilar la temperatura del agua
Un problema muy común en las épocas de más frío del año, es el que se produce al regar las plantas con agua muy fría. Es normal que en estas fechas el agua del grifo salga con una temperatura demasiado baja para el bienestar de las raíces. Y aunque el sustrato amortigua la temperatura del agua, no suele ser suficiente para contrarrestar tanto frío.
El rango de temperatura óptimo para el agua de riego se encuentra entre los 18-22 ºC. Valores muy por encima de esa temperatura pueden cocer las raíces, dejándolas inservibles. Mientras que por el otro lado, con temperaturas demasiado bajas corremos el riesgo de helar las raíces y parar el desarrollo de la planta durante varios días.
Una buena solución en invierno es dejar el agua del riego preparada en la zona de cultivo. Así, y mientras que llega el siguiente riego, esta se va atemperando y cogiendo una temperatura óptima para el riego.
Pues hasta aquí la lista de los 12 errores más repetidos en el cultivo interior de marihuana. Que seguro que hay más, pero he intentando explicar los que con más frecuencia me he encontrado.
Y a ti, ¿te viene a la cabeza algún error de principiante que se nos haya escapado? Si es así, déjanos un comentario y encantados te responderemos
¡Saludos!