La germinación de semillas es un proceso fascinante. Es el primer paso en la vida de cualquier planta, en el cual una semilla se transforma en planta. Saber cómo germinar semillas y dominar esta técnica de germinación de semillas nos ayudará a tener un mayor éxito en la germinación casi que de cualquier semilla que queramos cultivar.
Este proceso de vital importancia para el ciclo de vida de las plantas, depende de varios factores ambientales y del método de germinación elegido.
En este artículo veremos los métodos más efectivos para germinar semillas, los materiales necesarios, y daremos algunos consejos para asegurar el éxito de tus semillas.
Requisitos para la Germinación
Antes de comenzar a germinar semillas, es importante entender cuáles son las necesidades de las semillas para brotar. Y es que la germinación requiere de condiciones específicas de humedad, temperatura y aireación, que pueden variar según el tipo de semilla.
Estas condiciones son muy importantes para el proceso de germinación de las semillas. Unas malas condiciones de humedad, temperatura o aireación pueden echar al traste la germinación de cualquier semilla.
Temperatura óptima
La temperatura es muy importante para la germinación de semillas. En la naturaleza, las plantas dejan caer sus semillas al suelo y estas se pasan largos periodos de tiempo en el suelo.
La temperatura es una de sus señales de activación. Para muchas plantas brotar en la naturaleza en las épocas más frías del año supondría una muerte asegurada. Por lo que esperan a notar la temperatura más agradable de la primavera para brotar y crecer.
Por eso es importante mantener que, para germinar las semillas éstas estén a una temperatura constante entre 20-25ºC. Esto asegura la activación de la semilla y su puesta en marcha.
Con temperaturas más bajas la semilla puede empezar a germinar, pero lo hará más lentamente. Esto puede suponer un problema, pues las semillas se pueden hidratar de más y terminar pudriéndose.
Mientras que con temperaturas más altas sufrimos el riesgo de que aparezcan hongos y bacterias que deterioran las semillas. Además en estos casos, la raíz se vuelve blanda y purulenta, muriendo a los pocos días.
Humedad óptima para germinar
Otro factor clave para la germinación de las semillas es la humedad ambiental. Las semillas para germinar necesitan un entorno con una humedad alta. Pero también hay que tener cuidado con ello, porque una humedad excesiva puede dañar o acabar pudriendo la raíz.
Para germinar, el germinador, la tierra, papel, servilleta o lo que uses tiene que estar húmedo, pero no empapado. Esto es importante para mantener una buena relación aire/agua en la zona de germinación y que no se pudran las semillas.
Por ejemplo, con los germinadores secos, estos se deben encharcar para que se hinchen y se humedezcan. Y después drenar todo ese exceso de agua apretándolos con la mano.
Una vez puesta la semilla a germinar, para mantener esa humedad se suelen tapar los contenedores con la semillas para evitar que pierdan la humedad. Más adelante lo veremos.
Época del año
Si vas a germinar las semillas para cultivarlas en el exterior, siempre deberemos tener en cuenta la estacionalidad de la planta. Cada especie tiene un período óptimo para sembrar que coincide con las condiciones climáticas favorables para su desarrollo.
Por ejemplo, las plantas de temporada fría como la espinaca y el guisante prosperan cuando se germinan en otoño o a principios de primavera, aprovechando el clima más fresco.
En cambio, plantas típicamente de clima cálido, como los tomates o pimientos, deben ser germinadas al inicio de la primavera. Asegurando que las temperaturas de la noche no bajen demasiado para optimizar su crecimiento.
¿Y la luz? ¿Necesitan luz para germinar?
Todos sabemos que la luz es un elemento vital para las plantas. Pero no es así para la germinación de semillas.
Las semillas en la naturaleza quedan escondidas bajo tierra. Aunque haya luz, a ellas no les llega y no la necesitan para germinar. La luz no es un activador de la germinación. Una vez que germina la semilla, echa su raíz y abre sus primeras hojas, entonces sí que empieza a necesitar la luz para realizar la fotosíntesis. Pero no mientras germina.
De hecho poner las semillas a germinar al sol no resulta una buena idea. Cuando el sol incide sobre las semillas la temperatura aumenta mucho, muchísimo. Y cuando deja de darle el sol la temperatura cae en picado. Por lo que no se consigue una temperatura constante, además de problemas por altas temperaturas.
Materiales necesarios para la germinación de semillas
Para germinar correctamente semillas necesitaremos poquitos elementos. Nos bastará con las semillas, agua y algún material al que podamos darle un poco de humedad.
Podemos usar casi cualquier cosa, desde servilletas, algodón, toallitas o discos desmaquillantes hasta soluciones más profesionales como los germinadores de semillas.
Germinadores de semillas prefabricados
Los germinadores de semillas tienen de especial que usan un sustrato aireado coma optimizado y preparado para la germinación. Resultando mucho más sencillo su uso y éxito en la germinación de semillas. Son la mejor opción cuando quieres asegurar la germinación de una semilla.
De hecho, son algo más rápidos para germinar que si usamos otros materiales. Pero en realidad no es que sean más rápidos, sino que le dan mejores condiciones a la raíz para salir y por eso tardan menos.
Además, podemos encontrar un montón de germinadores para semillas distintos. Desde germinadores individuales para una semilla hasta distintas bandejas de germinación con hasta 150 alveolos, vacías y tacos húmedos. Sea cual sea tu necesidades, existe la herramienta perfecta para brotar tus semillas.
¿Cómo plantar semillas en casa fácilmente?
Tenemos varios métodos para germinar nuestras semillas fácilmente. Podemos usar germinadores u otros materiales para plantar las semillas. Pero como ahora veréis, en todos los métodos deberemos intentar mantener una temperatura constante y cálida 20-24ºC. Además de aportar humedad al ambiente.
Vamos a repasar ahora los métodos más comunes para germinar semillas en casa.
Germinar semillas con germinadores
Los germinadores son una herramienta fantástica. Gracias a sus propiedades nos ayudan a mantener unas condiciones ideales para la germinación de la semilla. Además, nos simplifican la tarea un montón cuando tenemos que germinar muchas semillas.
En el mercado tenemos germinadores de dos tipos principalmente:
- Germinadores húmedos: Ya vienen humedecidos y no hace falta añadirles humedad.
- Germinadores secos: Vienen deshidratados, hay que hincharlos y después quitarles el exceso de humedad. Los típicos Jiffys de turba o coco.
JIFFY COCO 35mm
0.16€GERMINADOR TACO HUMEDO SUELTO ROOT RIOT
0.45€JIFFY DE TURBA PRENSADA (GERMINADORES)
0.10€Con el germinador húmedo es tan sencillo como meter la semilla en el agujero que llevan. Después, solo tendremos que taparla muy levemente para que no se reseque esa parte superficial. Con ellos no debemos preocuparnos de si añadir o quitarles agua.
Con los germinadores secos deberemos echarlos en un recipiente con agua y esperar unos minutos para que se hinchen e hidraten. Después, con una mano los apretaremos bien para quitarles el exceso de humedad. Extendemos bien el sustrato para que no se quede apelmazado e insertamos la semilla.
Con ambos métodos, necesitaremos un contenedor pequeño para guardar los germinadores. Puede ser un invernadero, un táper, una bolsita de plástico con cierre, o un vaso con film transparente por encima. De esta manera evitaremos que pierdan rápidamente la humedad que tienen.
Una vez que tenemos las semillas en los germinadores y en su contenedor tendremos que asegurarnos de darles una temperatura óptima para su germinación.
Germinar semillas con servilletas
El método de germinación con servilletas es sin duda uno de los más usados. Y es que resulta muy sencillo de hacer y con materiales que todos tenemos en casa. Vamos a ver cuales serían los materiales necesarios y el proceso para germinar semillas con servilletas.
Para ello necesitaremos: Táper o plato y 2 servilletas.
- Cogemos un par de servilletas y un recipiente, como un plato o un táper. Una de las servilletas la colocamos en el fondo del táper y la humedecemos. Para ello podemos usar un pulverizador o echar pequeñas cantidades de agua. Intenta no encharcar la servilleta.
- Ahora cogemos las semillas y las ponemos encima de la servilleta húmeda. Y con la otra servilleta, tapamos las semillas y humedecemos la servilleta.
- Una vez que tenemos las semillas entre las dos servilletas húmedas, tendremos que tapar el táper para que no pierda la humedad. Su tapa es perfecta, y si no siempre podemos usar film transparente.
- Ya solo nos queda dejar el táper en un sitio cálido, incluso con un pequeño aporte de calor constante si fuera necesario.
Revisaremos las semillas a germinar a partir del segundo día levantando la servilleta superior para comprobar el estado de la semilla. Cuando está haya sacado la raíz y quitado la cáscara, será el momento perfecto para trasplantarla a su nuevo hogar.
Con este método deberemos revisar las servilletas al menos una vez al día, ya que por su composición les cuesta más conservar la humedad. Si vemos que se están quedando secas, añadiremos un poquito más de agua a la servilleta.
Germinar semillas con algodón
El algodón también puede ser un buen medio para germinar nuestras semillas. Este elemento tiene una estructura más aireada y es más complicado que llegue a encharcarse. A mi personalmente me gustan más las toallitas desmaquillantes para germinar. Que aunque también son de algodón, hay menos probabilidad de que se enrolle la raíz en las fibras del algodón.
Necesitaremos al menos dos trozos de algodón o toallitas desmaquillantes y un contenedor (táper o plato).
- Colocamos una de las partes de algodón en el fondo del táper y lo humedecemos.
- Colocamos las semillas encima y las tapamos con el otro trozo de algodón. Después humedecemos la tapa superior de algodón.
- Ya solo nos queda tapar el táper o plástico para que no pierda la humedad y dejarlo en un sitio cálido.
Igualmente, revisaremos a partir del 2º día para ir controlando el proceso de germinación. Una vez que salga la raíz y se deshaga de la cáscara, será el momento perfecto para trasplantarla.
Germinar en tierra o sustrato
Otro método sencillo de llevar a cabo es germinar semillas directamente en la tierra o sustrato. Para ello, nos ayudaremos de un pequeña maceta o contenedor, del tamaño de los envases del yogur.
¿Por qué tiene que ser pequeño? Pues porque es más sencillo controlar la humedad y temperatura en un contenedor más pequeño que en la maceta final de la planta. Nos resultará mucho más sencillo y práctico a la hora de germinar.
Para ello, necesitaremos el contenedor o maceta y el sustrato.
Es importante que el contenedor tenga agujeros para el drenaje. De esta manera, el exceso de agua puede salir de la maceta y el sustrato se mantiene aireado. Algo vital para la salud de las raíces.
Si vas a usar el vaso de plástico por ejemplo, asegúrate de hacerle unos pequeños agujeros por abajo.
Una vez que tenemos el contenedor listo, empezaremos con el proceso de germinación en maceta.
- Rellena la maceta y compacta ligeramente el sustrato. Pero hazlo ligeramente, no queremos ponérselo difícil a la semilla.
- Ahora toca humedecer la tierra. La regaremos con poca cantidad de agua, acorde al volumen del contenedor. Que la tierra esté mojada, pero no empapada.
- Haz un pequeño agujero con un lápiz o bolígrafo para meter la semilla. Por norma general no debe ser muy profundo, 1-3 cm deben de bastar.
- Mete la semilla y tápala ligeramente por arriba con tierra para que no se reseque esa parte.
- Ahora, como con todos los métodos, buscaremos un lugar cálido y alejado de la luz directa para su germinación.
Cuando ya esté germinada, podemos mantener la planta durante unas semanas en la maceta pequeña. Esto le ayudará a extender las raíces y prepararse para un posterior trasplante.
Algunos consejos para germinar semillas fácilmente
El truco para germinar semillas fácil y eficazmente es sencillo. Temperatura y humedad.
La humedad ya se la damos añadiendo agua a los sustratos, sean servilletas, algodón o tierra. Con controlar que no se queden encharcados, ni secos, lo tenemos.
El siguiente factor que tenemos que controlar es la temperatura. Si mantenemos una temperatura óptima de germinación, la germinación va a ir sobre ruedas. Le daremos a la semilla las mejores condiciones para brotar.
Es importante que la temperatura sea constante, que no tenga picos significativos. Por eso no vale ponerlas detrás de la tele o la consola, ya que al final los acabamos apagando y varía la temperatura.
Truco para conseguir una temperatura óptima de germinación
Disponemos de herramientas para la germinación de semillas y esquejes, como las mantas de calor eléctricas. Estas mantas están diseñadas para realizar un pequeño aporte de calor a los invernaderos, suficiente para mantener una temperatura cálida en la zona de germinación. Pero no demasiada como para dañar las raíces.
Y también tenemos al alcance métodos caseros para conseguirlo.
Siempre tenemos algún aparato eléctrico que está conectado todo el día, como un TDT externo, el router de internet o incluso el frigorífico. Colocar el invernadero, germinadores o táper con las semillas a germinar cerca de estos aparatos les aportará ese pequeño toque de calor constante que tanto les gusta a las semillas para germinar.
El frigo y router nunca fallan
Uno de mis sitios favoritos es el frigorífico. Si tienes sitio encima de el, es un sitio perfecto. El calor residual del motor y el estar en un contenedor cerrado, hace que aumente ligeramente y se mantenga la temperatura. Ideal para la germinación.
El otro siempre ha sido el router de internet. Lo tenía en mi cuarto y siempre lo he usado para germinar unas pocas semillas. En estos casos, a veces si el calor era demasiado alto, metía el táper dentro de otra caja de cartón. Así evitaba un paso excesivo de calor.
Evita el damping off
El «damping off», o ahogamiento del tallo, es un problema común durante la germinación de semillas, causando que se marchiten y mueran repentinamente cuando están recién nacidas.
Este fenómeno es causado por varios hongos del suelo que prosperan en condiciones de alta humedad y cambios bruscos de temperatura.
Para prevenirlo una buena práctica es evitar los cambios bruscos de temperatura durante las primeras semanas. Por ejemplo, dejar las plantas las primeras semanas en un sitio sombreado ayudará a aclimatarse al exterior antes de ponerlas directamente al sol.
Otro método puede ser utilizar sitios donde las plantas reciban las primeras horas de luz del día, o las últimas horas de luz. Así nos aseguramos de que reciban luz directa, pero no demasiado calor.
Qué no se debe hacer al germinar semillas
Hay unas cuantas cosas que no se deben hacer a la hora de germinar semillas, sea el método que sea. Uno de los errores más comunes a la hora de germinar semillas es dejar los germinadores o macetas al sol directo.
No germines tus semillas al sol
Aunque en principio pueda parecer buena idea por el calor y la luz, esto no es así. La luz del sol calentará los germinadores demasiado, es sencillo superar los 25ºC al sol. Y ante temperaturas tan altas, las semillas con la humedad que tienen, literalmente se cuecen.
Pero es que además, si todavía no nos la hemos cargado, al irse el sol directo la temperatura caerá en picado. Lo que creará esa diferencia tan grande de temperatura que hará dudar a la semilla si es el momento óptimo para germinar.
Fiarnos de la temperatura ambiente
Otro error muy común surge de fiarnos de la buena temperatura de la primavera y no aportar calor a las semillas. Hoy en día la temperatura es muy cambiante, tan pronto tenemos frío como calor. Y eso también lo notan las semillas.
Por lo que dejarlas a su libre albedrío respecto a la temperatura, nos puede traer algún problema que otro. No cuesta mucho realizarles algún aporte de calor y así mejorar nuestro ratio de germinación.
No des una semilla por perdida
Puede surgir que si las condiciones para la germinación no son las óptimas, esta semilla no llegue a germinar. Si esto sucede, tendremos que revisar las condiciones para asegurarnos de que hayan sido las correctas. Si estamos seguros de que han sido las correctas, ya podemos buscar los problemas por otra parte.
Pero no está todo perdido. Si las condiciones no las ha tenido desde el principio, puede que la semilla no haya comenzado el proceso de germinación y todavía no haya abierto la cáscara. Evitando de esta manera que se pueda estropear la raíz.
Cambia las condiciones y vuélvelo a intentar. Si tras otro intento en buenas condiciones no germina, puede que se hubiera dañado en la primera germinación.
También cabe recordar que cada planta es un mundo. Conviene informarse un poco acerca de la variedad que queremos germinar para conocer un poco más acerca de su germinación y cuidados básicos para esa planta.